Por Edwar Tenorio Triveño
La chica caminaba tambaleándose cogida
de la mano del galán, que tambaleaba también, pero que la dirigía, la ayudaba,
la jalaba para que avance. Ella con una botella de Cerveza en la mano izquierda
y él con dos en la mano derecha, zigzagueaban entre la multitud desde la caseta
en que compraron las cervezas, o desde el jardín derecho de la cancha de futbol,
que en ese momento servía de baño público. Hasta que llegaron a una vereda de
cemento que separaba el sector de la cancha de futbol con las de básquetbol,
donde estaba la multitud disfrutando del concierto. El avanzó primero, saltando
los 30 centímetros de altura de aquella vereda, ella con menos naturalidad
avanzó lento, por lo que, él; la jala fuerte para ayudarla a avanzar; ella
vuela por los aires cayendo sobre su rostro al otro lado de la vereda,… Los dos
caen, sobre el piso de tierra, se ensucian, les duele, pero se ponen de pie con
una sonrisa en el rostro… las tres botellas que llevaban no sufrieron ni un
rasguño. Y; se pierden entre la multitud que corea al unísono… “tomo
para olvidar… tomo para olvidar… tomo para olvidar ése querer que me hizo tanto
mal”. Estoy en el concierto de “Corazón Serrano”, donde todo parece
diferente.
Son casi las diez y media de la noche,
el concierto de “Corazón Serrano” estaba pactado para las ocho de la noche. No
estaba seguro de ir, pero me daba mucha curiosidad ver con mis propios ojos, el
por qué ésta agrupación tiene tanto éxito. No conocía todas sus canciones, ni
soy fanático de la agrupación norteña, pero no puedo negar que algunas de sus
canciones se te pegan como el pulpo a una roca, y no se desprende a pesar de
las olas. Aun merodeo por fuera, en los alrededores del Complejo Deportivo
“Para Grande”, sentado frente al timón de mi Chery 2008, acompañado de
mi esposa y un gran amigo y compadre; vamos dando vueltas entre la gente
aglomerada en los alrededores.
El costo de la entrada es de veinticinco
nuevos soles, pero los revendedores, que se acercan a las ventanas del
vehículo, tratan de convencerte de pagar veintisiete y te evites las colas. Lo dudamos,
más por el temor de ser estafados, - aunque
odio hacer cola, prefiero hacerla a
quedarme con la desilusión de haber sido timado por un desconocido. - Casi
no puedo avanzar con el auto, hay mucha gente y muchos taxis que van de ida y
vuelta sobre la pista de ésta calle cerrada, ya estoy empezando a arrepentirme
de haber ido, y todavía no entré. Al costado de la pista, innumerables mesitas
de vendedores ambulantes ofreciendo vino
de dudosa procedencia, cervezas heladas, anticuchos, polladas, arroz chaufa,
etc… algunos habían armado pequeñas ramaditas y colocado parlantes grandes
y música, como preparando una fiestita afuera de otra más grande.
Más allá, a unas cuadras en medio de
otra pista encontramos un tabladillo armado, música vernacular y dos chicas con
diminutas prendas de color rojo bailando sobre el escenario, un grupo
minoritario de gente enfrente, bailando alrededor de un muro rojizo hecho de
cajas de cerveza, varios autos, en su mayoría taxistas, como si se tratase de
un autocine de esos antiguos, era la noche del 22 de febrero, y en todas partes
estaban celebrando los Carnavales… mucha gente bebiendo y bailando para mi
gusto, así que decidí guardar el carro en mi casa y regresar; aunque aun no muy seguro de
entrar al concierto de “Corazón Serrano”.
Al llegar, se escuchaba un grupo tocando
sobre el escenario, desde afuera no podíamos ver nada, y la música no se me
hacía muy conocida, pero ya pasaban las once de la noche, media hora antes
habíamos visto llegar un bus con el nombre de “Corazón Serrano” grabado a los
costados, por lo que pensamos que si no eran ellos, estarían a punto de salir
al escenario, y apuramos el paso hacia la cola que no era muy grande, ya no
habían revendedores, compramos las entradas, sin recargos, en menos de 5
minutos, y la cola seguía hasta la puerta del local; nuevamente dudamos en
ingresar, pues pensamos que podíamos vivir más la experiencia si antes, nos
embriagábamos un poco en las ramaditas de enfrente tomado unas Cristal o unas
Cusqueñas bien heladas que nos ofrecían muy amables. Pregunté si dentro vendían
cervezas y me contestan que sí, que dentro también vendían, nos miramos las
caras y decidimos entrar.
Miramos a nuestro alrededor, y había de
todo, hombres, mujeres, niños, ancianos, gente de todas las edades, hasta bebés
en sus cochecitos durmiendo con el ruido ensordecedor de la agrupación que
asomaba en el escenario, mientras sus papás tomaban cerveza. Efectivamente
vendían cervezas, pero de una sola marca: “Brahma”;
no había para elegir como afuera; la caja de cerveza costaba dentro del
concierto, ciento veinte nuevos soles, es decir, diez soles por botella.
Mientras afuera la Cusqueña, Cristal o Pilsen la encontrabas a cinco soles
heladita. No sé mucho de cervezas, pero, puedo asegurar que nunca escuche
buenos comentarios sobre la cerveza Brahma de los usuarios entendidos en la
materia, sobre todo porque normalmente es una cerveza cuyo costo es menor a
cualquiera de las marcas que vendían fuera del complejo. Ese día la Brahma era
cara, la más cara.
Otra cosa que me llamó la atención sobre
mis anteriores experiencias en conciertos es que si vas a ver a “Vilma Palma e Vampiros”, o a “la Faraona de la Salsa – Olga Tañón”, o
que se yo, en el “Parque Perú”, la cerveza te la venden en unos vasos de
plástico descartable, que si alguien pasado de copas lo tira, no te produce
cortes, y apenas sentirás un leve e indefenso dolor, pero… ¿qué pasa si te cae una botella de vidrio en la cabeza?!!!, Algo
molestos por las circunstancias, decidimos comprar “dos” cervecitas, al costado
de nosotros, alguien que no conocemos y que tal vez, jamás conoceremos,
compraba dos cajas de un solo porrazo, Juaz!!!
Doscientos cuarenta nuevos soles directo a tu vejiga!!!. Lo seguí con la
mirada, sorprendido. Mientras se alejaba para juntarse no muy lejos con un
grupo de cinco o seis personas más y dos señoras o señoritas usaban las cajas
que acababan de llegar para poder ver sobre las cabezas de la gente hacia el
escenario, o simplemente la usaban de asiento improvisado para descansar pues
todo el concierto se veía de pie.
El concierto, se veía diferente desde mi
perspectiva; no conocía a la gente. Estaba acostumbrado a encontrarme con personas
conocidas en los conciertos, a saludarlos, darles un abrazo y continuar con lo
mío; a pequeñas charlas mientras esperaba en la cola del baño ó a hacer un
grupo más grande cuando nos encontrábamos varios, pero aquí no conocía a nadie,
buscaba con la mirada, y pude reconocer a una chica que era vendedora en el
mercadillo Bolognesi, a quien no conozco; y más allá a unos compañeros de mi
hermana, de la facultad de odontología, que como un lunar similar al de tres
personas que hacíamos nosotros, se encontraban en dicho local, aquel día, a
quienes solo conocía “de vista”.
Nos ubicamos delante de un grupo de cinco policías que brindaban seguridad en el evento, para sentirnos más seguros, pero
nuestra seguridad no duró mucho, los policías se alejaron para hacer sus rondas
y nos dejaron solos de nuevo.
Según Wikipedia; Corazón Serrano es un grupo de cumbia peruana originaria
de Piura,
formado en el año 1993; Inicialmente se llamaba "Los hermanos Neyra". Esta familia proviene del
centro poblado de Cachiaco, distrito de Pacaipampa, provincia de Ayabaca y
departamento de Piura. Y en la página web del diario la República, se lee un reportaje que nos cuenta que en el 2008, las radios les cerraban la puerta.
Lorenzo Guerrero, uno de los dueños de esta orquesta, recuerda que
la respuesta más amable que recibió fue el de un gerente de una radio ubicada
en San Isidro, quien le recomendó cambiar de nombre
porque con el que tenían no “pegarían” nunca. Hoy la agrupación tiene 4 voces
que pertenecen a: Estrella Torres, Thamara Gómez, Irma Guerrero y Lesly
Águila. Y han logrado un éxito que recién empiezo a entender.
El presentador oficial, dijo en voz
alta, - ¿quieren una foto del grupo?, hagan
una cola al costado del escenario y entre canciones se la tomamos.- Y,
efectivamente, la gente hizo una cola, mucho más grande que la que yo hice para
comprar la entrada y se pasaron gran parte del concierto a un costado del
escenario para lograr una foto con la agrupación, como siempre acompañados de
las cervecitas de rigor.
Frente al escenario, una chica que antes
había caído sobre su rostro, la veo subida sobre los hombros de su pareja, que
está bastante borracho y casi cayéndose, tambaleándose sobre la gente, un
tercero la coge de la cintura como para que no se caiga, mientras ella bambolea
sobre el aire, y levanta los brazos haciendo puño con la derecha y con la otra tomando
una botella de cerveza que agita mientras sorbe el licor del pico de la botella;
para más tarde empapar sobre su novio casi la mitad del contenido, mojándolo
pese a que hace frío y ya pasa de la media noche. No puedo dejar de mirarla, me
llama más la atención que el mismo concierto, estoy esperando el momento del
desenlace, mis nervios se crispan, ¿en
qué momento cae de nuevo sobre su cara? Y pienso en voz alta, - como no traje mi cámara!!! – pero
luego me arrepiento, pues tengo miedo que me roben. Y veo con admiración a un
fotógrafo que con una réflex, viene tomando fotos por cinco soles e
imprimiéndolas directamente en una impresora portátil, que definitivamente me
quiero comprar; y que camina solo; sin temor a ser asaltado, y pienso que yo no
podría hacer ese trabajo. Pero aprovecho, pregunto el costo y le pido que nos
tome una foto como rindiéndole un homenaje. Me entrega la imagen plasmada en papel dentro
de una bolsita plástica. Al ver la foto, noto que salimos los tres, y el fondo
totalmente negro, no sale corazón serrano, ni la gente, ni las cervezas, ni la
mujer a punto de caer de encima de los hombros de su …. ¿macho?, pienso que yo pude haber tomado mejor esa foto, pero me
resigno, pues caigo en la cuenta que no puedo hacer nada mejor que eso, en ese
momento.
A mi costado una señora, en avanzado
estado de ebriedad y botella en mano, canta, llora, disfruta y sufre cada letra
de las canciones: “…Porque eres un estúpido, Cupido, presumido un torpe que no tienes
agallas, que dices mentiras baratas que no sabes cómo es que se trata a una
mujer como yoooooó, lleno de patrañas,
una araña, laucha, cucaracha, vicho sanguijuela, no fuiste a la escuela,
escoria tricosefalo, una araña, no sabes cómo se trata a una mami como yoooooó”…
Y sin tapujos, le canta a cada borracho que pasa por su costado, mientras lo
empuja y le baila y luego lo insulta cantándole la canción a la cara.
Y luego a todo pulmón me canta; “A mi
me llaman la borrachita, porque vivo tomándoooo; a mi me llaman la borrachita, porque
vivo tomándooo; pero nadie sabe que vivo tomando por ese querer que me ha
dejado; pero nadie sabe que vivo tomando por ese querer que me ha dejadooooo. – Y grita - TOMO PARA OLVIDAR, TOMO PARA
OLVIDAR; TOMO PARA OLVIDAR A ESE QUERER QUE ME HIZO TANTO MAL!!!!. – Y
pienso que efectivamente ella toma para olvidar, y entonces comprendo porque es
el éxito de Corazón Serrano, la letra de sus canciones habla de ellos, de
nosotros, de cada uno individualmente, del pueblo, de sus problemas, de sus
amores, te canta a ti, le canta a tu
vida, a tu corazón, te da la forma de hacer una catarsis y gritarle en su cara
a ese querer que te hizo tanto mal, y decirle que es un estúpido, presumido,
araña, laucha y cucaracha, como cuando Paquita la del barrio nos canta “Rata
de dos pataaaas; te estoy hablando a tiiii”, y uno se ríe, sin darse cuenta que efectivamente te está hablando
a ti y tu todavía la aplaudes.
Míro alrededor y caigo en la cuenta que
me estoy moviendo al compas de la música y que poco a poco estoy cantando
levemente y por un segundo formo parte de la multitud, por un instante todos
somos uno y todos cantamos “(…)
una mentira mato mi alegría, con dos mentiras se fue mi ilusión, con tres
mentiras se ahogo la esperanza, cuatro mentiras mataron mi amoooor.” Y
me rio, me rio a carcajadas.
Luego me voy al baño, aunque eso es solo
un decir, pues solo atino a acercarme al costado de la cancha de futbol como
todos, donde la gente pasa como si nada; donde a nadie le extraña que estés
miccionando al aire libre, a mi lado aunque no muy cerca hay varios
hombres haciendo lo mismo, pero me quedo
más sorprendido, cuando una pareja que pasaba por ahí, juntos de la mano, se
detienen y sin soltarla de la mano; él, orina en el césped, y ella lo espera
viéndolo;… a su costado, pegaditos, sin tapujos, sin falsos moralismos, sin
vergüenzas!!!!! Y sorprendido río para mis adentros, rio fuerte, y corro a
contárselo a mis acompañantes, y todos reímos, y nos divertimos, y nos
asustamos, pero seguimos ahí, viviendo una experiencia nueva, que disfrutamos
de algún modo, pues no me arrepiento de haberla vivído. Y nuevamente me siento un
viajante mochilero. Luego acompaño a mi esposa al baño de mujeres, obviamente
me quedo afuera, y mientras espero, veo que hay varias chicas y señoras,
miccionando fuera del baño; en la cancha; detrás del arco, agazapadas y dizque
tapadas por sus amigas con una chompa que nunca tapa nada, mientras desde
arriba un grupo de jóvenes les toman fotos con el celular y las comparten en
redes sociales. Y como olvidar al chico que vimos “aparentemente” pelando con
su enamorada en las afueras del baño, en el que la chica mareada por el licor
le suelta la mano, y le grita – déjame!!!,
yo me voy con mi enamorado!!! – y el se queda estupefacto, destrozado,
parado, solo frente a nuestra presencia y me da pena, y sufro por él, al ver
alejarse a su chica con otro hombre; sin contar que al minuto sale otra chica
del baño, lo coge de la mano, le da un beso y parten juntos, como si nada
hubiera pasado. El mundo está de cabeza, el mundo da vueltas muy rápido,
párenlo que me quiero bajar!... o mejor no, mejor me quedo, quiero vivir más,
las vueltas que te da la vida!!!
Finalmente, me doy cuenta que han pasado
más de dos horas desde que empezaron a cantar, y pienso que no falta mucho para
el fin del concierto. Ya las había visto en persona, ya las había visto de
cerca; no pude tomarme una foto con ellas para graficar la experiencia, pues no
pienso hacer cola; pero las vi moverse, las vi cantar, las escuche insultarme,
amarme y agredirme de nuevo, sin molestarme y más bien disfrutándolo masoquistamente,
y pienso que ya es suficiente, y propongo retirarnos antes de que las botellas
repartidas en abundantes cajas y consumidas en grandes cantidades por gente de “supuestos” bajos recursos económicos,
empiecen a volar.
Nos retiramos dignamente, en mis cuatro
sentidos bien puestos, el último, debo haberlo dejado olvidado en mi casa antes
de salir, al cruzar el umbral de la puerta. Salimos del concierto, pero
entramos a otro mundo, ese en el que se disfruta del concierto sobre los techos
de las casas, bien sentados, con mesa y sillas, e incluso, haciendo una
parrilla, sin tener que pagar los veinticinco soles de la entrada ni el costo
de diez nuevos soles por botella de cerveza Brahma. Y; de esos que no les
interesa ver a Corazón Serrano, solo disfrutar el momento, escuchando su
música. Y, se quedan el concierto entero afuera, y juntos están bailando,
cantando y “chupando”, literalmente
la cerveza a mitad de precio y bien helada. Y nos provoca algo de envidia, y
pienso que aún no es suficiente;… que no nos afectará quedarnos unos minutos
más disfrutando unas cervecitas de mejor marca y sabor a menor precio, y
pedimos una nomás, y la disfrutamos helada, y empezamos a conversar sobre los
entretelones del concierto, nos sorprendemos de las cosas que vimos, y de las
que aún vemos, pues a menos de cuatro metros hay dos hombres bailando y
besándose con la música de “Corazón Serrano” que sigue cantando allá adentro
sobre el escenario, sin saber lo que pasa afuera. Pronto nos damos cuenta que
en ese lugarcito, solo habían hombres (gays) bailando y siendo cariñosos entre
ellos, divirtiéndose a su manera, sin molestar a nadie; y cantando
“Quiero quitarme este amor de la
cabeeeza; este tonto corazón no me lo dejaaa; me tiene tan encarcelada y aún
siento como si me hablara y no lo puedo olvidar…. y no lo puedo olvidaaaar!!!!
DIGANLE, que sigo enamorada; CUÉNTENLE, que me hace tanta falta;…(lalala…)”.
Nosotros; estamos en el local del
costado por así decirlo, pero en verdad todos estamos en la calle y sobre la
pista, donde se han improvisado locales ambulantes con pista de baile y todo,
en mi local, hay un señor durmiendo, dos señoras que apenas pueden pararse, un
señor más que las cuida y les pasa la cerveza, y un coche de bebe, con bebe
adentro durmiendo inocente. A ratos bailan, el que dormía se despierta toma un
trago baila una canción y vuelve a dormirse. Hasta que toman un taxi, y se van
metiendo en la cajuela del taxi el coche, con bebe adentro o no, ya no me di
cuenta. La mamá se acaba de subir, tuvo que correr para que el taxi no la deje.
Un borracho se me acerca y dice en tono burlón:
“Hola,
soy Cañari, y ¿quién eres tú pues?!!!”… - Yo no soy nadie –
respondo; y el dice: - salud pues entonces -, comprendo que no nos va a dejar en paz
a menos que le invitemos un trago, y accedo; se lo sirvo, y el borracho
grosero, dice, - ahora me lo llevo -, y se aleja con el vaso, a lo que nuestro
proveedor, se lo quita muy rápidamente y nos cambia de vaso, pero al menos el
borracho se fue.
Terminó el concierto, y aún estamos ahí.
La multitud empieza a salir; muchos siguen su camino, y otros se acercan a estos
lugares, a seguir brindando ó a comer algo, de lo que cada vez hay menos. Un
amago de pelea ocurre frente a nosotros, dos jóvenes totalmente ebrios, chocan
sus hombros de casualidad, y empieza la
bronca, se dan un par de golpes antes de que intervengan los amigos de cada
quien, y los arrastren a esquinas opuestas para evitar la pelea, lo consiguen y
todo sigue en calma, solo un par de golpes y uno que otro insulto u amenaza,
como un “chocatela para la salida” de
mi infancia. Que no pasó a mayores.
Cual pasarella
en la alfombra roja, empiezan a salir todos. Y; con uno de los tres sentidos
que aún me quedan, empiezo a criticar la moda. En la mujeres la tendencia es
variada; tenemos las muchachas que fueron con traje de noche y pedrería brillante,
y con tacos de salón, como quien va al Casino de Oficiales ó al Club Unión ó al
Country Club a la Boda de Juan Diego Flores. Luego, están las chicas más
sensuales, quienes fueron con apretadas pantalonetas que les quedan sueltas y
que tienen que subirse a cada instante y que dejan ver el calzón (hilo) de
color oscuro que llevan en el interior, que no entendemos si la idea es
mostrarlo o no mostrarlo; las que parecen prostitutas, por sus mini vestidos y
las que van muy abrigadas ó aquellas con
el pantalón camuflado militar; de esas hay varias; las señoras en ropa juvenil,
y las chibolas en ropa sesentera. Entre los hombres, abundan los pantalones jean
y los zapatos tipo “Jhon Kelvin”, de
esos en punta y de apariencia rara. Y los que fueron en shorts y zapatillas,
con polo viejo y chompa amarrada al cuello. Los peinados ni que se diga,
tenemos: los de pelo corto, los de pelo largo, los del peinadito en punta ó los
pelados con motivos tribales, así como los de pelo corto estilo “soldado raso”, que debo suponer son
soldados rasos de verdad, pero sin uniforme. Todos son gente normal, son gente
buena, alegre, divertida desenfadada, la mayoría son gente que puedes ver en la
ciudad, en los mercados o en las ferias, solo que no son la misma gente que va
a los conciertos a los que usualmente voy, o tal vez sí, pero no los había
visto antes. Y ésta vez, los vi. Los vi, porque no estaban mis amigos y
conocidos, y entendí que el mundo es ancho y es ajeno, que el mundo da vueltas
y que algunas veces, es bueno salir de tu zona de confort y explorar otras
zonas, conocer otros lugares, otras gentes, entendí, que uno puede vivir en una
burbuja muy pequeña, sin darse cuenta que hay todo un mundo que vive a tu lado
en su propia burbuja, y ésta vez pude darme el lujo de ver de cerca, y no me
arrepiento.
Cuando escribí la crónica no sabíamos
del desenlace fatal de Edita Guerrero Neira, una de las voces principales de
Corazón Serrano, y a quien le aquejaba un mal que finalmente le causó la
muerte, hace solo unos días, y que en vez de bajarle las fuerzas a ésta
agrupación, ha sido el impulso que les ha dado esa popularidad de la que hoy
gozan. Descansa en paz Edita Guerrero, pues lo que hiciste en vida, y siguen
haciendo, enorgullece a la mayoría de los peruanos. Luego de tu muerte, he
podido oír tu música en todos los canales de televisión, he visto a una rubia argentina
representar tu canción en un video. He visto a Mónica Delta defenderte, y
defender a Corazón Serrano frente a la discriminación absurda y al racismo incongruente.
Si antes escuché la música de corazón serrano, hoy la escucho aún más y en
todos lados.