jueves, 16 de julio de 2009


Hay días sombríos, y otro días radiantes... Hoy amaneció nublado, con una pequeña llovizna casi imperceptible pero que humedecía con su rocío el parabrisas del auto mientras llevaba a mi hijo al Colegio para que asista a su ultimo día de clases antes de salir en vacaciones forzadas por la bendita Gripe AH1N1. Mientras conducía sentado frente al volante tuve la sensación de estar solo, mi hijito iba callado, como si percibiera que debía contribuir con esa extraña sensación de soledad. El día estaba más sombrío que nunca, un rayíto de sol era un pedido imposible para Dios el día de hoy, pues la naturaleza había preferido gritar melancolía.

Son cosas muy distintas eso de sentirse solo y estar melancólico, aunque muchas veces van ligadas, pues uno podría ser efecto del otro, lo cierto es que hoy me encuentro melancólico, debe ser el frío que cala mis huesos y provoca abrigarme más, hoy me encuentro triste, sin existir razón alguna, pero en el colmo de la desazón me siento solo, solito, solitario, como el llanero... pero sin su caballo.

Suena difícil evaluar una situación llena de gente pero sintiéndose solo, como aquel chiquillo sentado en la esquina de la Discoteca, esperando que le nazcan las agallas para sacar a bailar a la chica de enfrente; - a esa que se lleva a la boca el pico de una botella de gaseosa anaranjada con dulzura y sensualidad, que sonríe con todo el rostro iluminando el espacio cual fugaz luz de discoteca, que termina su gaseosa y agita su cabello ondeado y frondoso, que conversa con sus tres amigas y vuelve a sonreír para iluminarlo todo nuevamente; - pero nunca le nacen las agallas, y se queda sentado, escuchando la música, viendo bailar a los demás, pero sigue solo.

Hoy necesito compañía, necesito sentarme frente al fuego y conversar entrañablemente con alguien que me quiera, hoy no es buen día para trabajar, hoy es el día para hablar de trivialidades, de hacer locuras, de embriagarte con ella; (la chica de la discoteca); y hacerle el amor hasta el atardecer; y desnudos y abrazados dormir hasta el amanecer;... tal vez mañana salga un mejor sol.

1 comentarios:

*Yo* dijo...

los dias de trivialidades, son los mejores dias del mundo.

La Chata